La dexametasona es un corticoide sintético de alta potencia que se usa ampliamente por su actividad antiinflamatoria e inmunosupresora. Este medicamento la ha convertido en una herramienta estándar en la medicina moderna debido a su capacidad en el tratamiento de una variedad de enfermedades, desde inflamaciones agudas hasta trastornos inmunes o del cáncer.
En esta revisión, sabrá qué es la dexametasona, cómo se usa, sus efectos secundarios y las principales precauciones para tener en cuenta, particularmente si su uso persiste durante muchos días o semanas.
¿Qué es la dexametasona?
La dexametasona pertenece a la familia de los glucocorticoides de síntesis de cortisol, así como derivados de cortisol sintético. Su objetivo principal es reducir la inflamación y amortiguar la respuesta inmune del cuerpo, lo que la hace mucho más efectiva que la prednisona (hasta 6 a 7 veces más).
Se utiliza en una variedad de entornos clínicos, desde atención de emergencia hasta enfermedades crónicas, gracias a su larga duración de acción (hasta 72 horas) y su capacidad.
¿Para qué sirve la dexametasona?
La dexametasona tiene una serie de usos médicos, uno de los cuales son:
- Los trastornos inflamatorios crónicos, como la artritis reumatoide, el lupus y la esclerosis múltiple.
- Trastornos alérgicos severos: asma severa, anafilaxia, urticaria.
- Los tumores y los cánceres hematológicos se tratan mediante trasplante de células madre: leucemia, linfomas y mielomas múltiples.
- Terapia grave de Covid-19: en pacientes hospitalizados con oxígeno.
- Enfermedades neurológicas: edema cerebral, esclerosis múltiple.
- Prevención de náuseas y vómitos en quimioterapia.
- Condiciones endocrinas: como insuficiencia suprarrenal o síndrome adrenogenital.
- Edema cerebral asociado con tumores o trauma.
- La terapia alérgica o inflamatoria aguda es el producto de la terapia de choque alérgico agudo.
Debido a la situación clínica, su versatilidad lo hace adecuado tanto para hospitales como para consultas ambulatorias.
Formas de administración y presentaciones, formulaciones
La dexametasona está disponible de varias maneras diferentes, lo que le permite personalizarla a sus necesidades individuales.
- Las tabletas orales generalmente están en una dosis de 0.5 mg, 1 mg o 4 mg.
- Drogas inyectables: intravenosos o intramusculares, utilizados en hospitales.
- Jarabe: para niños o pacientes con dificultad para tragar.
- Para inflamaciones localizadas, gotas optoftálmicas o nasales.
La elección de la ruta dependerá de la urgencia de la enfermedad, la sensibilidad de las imágenes y la tolerancia de los pacientes.
Dosis habitual de dexametasona
Según la enfermedad, los pacientes envejecen y la ruta de administración, la dosis debe ser ajustada por un médico. Algunas orientaciones generales:
- En adultos, hay inflamación leve a moderada: 0.5 mg a 6 mg diarios.
- Hasta 10-20 mg diariamente en dosis divididas en fármacos oncológicos o inmunosupresores.
La dosis en niños se determina en función del peso corporal.
Siempre se trata de usar la dosis más baja disponible en el tiempo más corto posible. Para prevenir las crisis suprarrenales, la suspensión debe ser gradual en tratamientos largos.
Los efectos secundarios de la dexametasona son evidentes
La dexametasona, como cualquier otro corticoide fuerte, puede tener efectos adversos, particularmente si se usan para largos tramos.
Efectos frecuentes:
- Insomnio, ansiedad o irritabilidad.
- Aumento en el apetito y el peso.
- Hiperglucemia (niveles altos de azúcar en la sangre).
- Acné o piel más delgada.
- Retención de fluidos.
- Dolor de estómago.
Consecuencias a largo plazo o altas dosis:
- Osteoporosis.
- Cataratas o glaucoma.
- Las infecciones frecuentes debido a la inmunosupresión.
- Hipertensión.
- Atrofia muscular.
- Retraso de crecimiento en los niños.
- Insuficiencia suprarrenal si se suspende abruptamente.
Un médico con análisis periódico y evaluaciones clínicas debe rastrear la prolongación del uso.
Precauciones y advertencias
Es importante tener en cuenta la siguiente información antes de comenzar una terapia de dexametasona:
- Evite el contacto con personas con infecciones virales, como la varicela o el sarampión.
- Si ha estado esperando más de 7 días, no deje de repente la terapia.
- Si tiene diabetes, hipertensión, úlcera gástrica o glaucoma, notifique al médico.
- Las deficiencias de vitamina D y calcio se recomiendan en una dieta baja en sal, así como en una alta sodio y vitamina D.
- En pacientes con cáncer, es posible que se necesite el monitoreo del sistema inmunitario y los electrolitos.
Dexametasona en el embarazo y la lactancia materna
La dexametasona se usa en el embarazo con precaución, pero solo si el beneficio supera los riesgos. Se puede utilizar para la maduración pulmonar fetal en mujeres en riesgo de nacimiento prematuro.
Durante la lactancia materna, se dirigirá a la leche materna, si el uso se prolonga, se recomienda espaciar o considerar alternativas.
Dexametasona en Covid-19: ¿Qué dice la evidencia?
La dexametasona se ha utilizado en el tratamiento estándar COVID-19 para pacientes hospitalizados que requieren oxígeno o ventilación mecánica desde 2020. Una dosis diaria de 6 mg redujo significativamente la mortalidad en estos pacientes, según estudios como el ensayo de recuperación.
Dado que puede suprimir el sistema inmune sin necesidad, no debe usarse en casos leves o automedicación.
La comparación con otros corticosteroides
- Prednisona: más débil, con una vida media más corta. Se prefiere en terapias prolongadas.
- Metilprednisolona: similar en el futuro, y se usa ampliamente por vía intravenosa.
- La hidrocortisona es menos efectiva, pero se usa cada vez más en la terapia de reemplazo hormonal.
La dexametasona se destaca debido a su alta potencia y acción a largo plazo, por lo que se usa en situaciones tales e inusuales.
Conclusión
Cuando se usa correctamente, la dexametasona es una droga segura y duradera que puede salvar vidas. Su capacidad para manejar la inflamación y la modularización del sistema inmune lo convierte en un tratamiento clave para una serie de trastornos, que van desde alergias graves hasta cáncer o Covid-19.
Sin embargo, conlleva riesgos, particularmente si se usa sin supervisión médica. La automedicación con dexametasona puede tener efectos secundarios graves, por lo que siempre debe ser informado y monitoreado por un especialista en salud.
ADVERTENCIA: Este artículo es informativo y no reemplaza la atención médica estándar.
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